“Cumplimos el objetivo, tenemos los 100 mil millones”, dijo Kristalina Georgieva a los periodistas en una cumbre de financiamiento climático en París.
Antes de la cumbre, el FMI todavía necesitaba otros 40.000 millones de dólares para alcanzar el objetivo.
El plan, anunciado por primera vez en 2019, consistía en que los países más ricos reciclaran USD 100 000 millones en derechos especiales de giro (DEG) del FMI para economías vulnerables.
Los DEG son activos de reserva de divisas que se otorgan a los países en función de cuánto contribuyen al FMI.
La idea, a la que se resistieron algunos países europeos, era que los países más ricos prestaran estos activos de reserva de divisas al FMI, que a su vez podría prestarlos a las economías en desarrollo. Antes de la cumbre, Francia y Japón anunciaron que redistribuirían el 30 por ciento de sus DEG para este propósito.