El agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, se despertó y desató un feroz estallido de rayos X a principios del siglo XIX, según nuevas observaciones de los ‘ecos’ del evento.
Los astrónomos han notado que inmensas nubes de gas molecular formador de estrellas que habitan en la región central de la Vía Láctea brillan más en rayos X de lo esperado. Una posible explicación propuesta fue que esta luz de rayos X no era intrínseca a las nubes de gas, sino que se reflejaba en ellas después de un estallido del agujero negroque se nombra Sagitario A* (Sgr A*) y tiene una masa 4,1 millones de veces la de nuestro Sol.
La teoría es que, en algún momento en un pasado relativamente reciente, el Sagitario A* devoró algo de esta manera, y el destello de rayos X se refleja en las nubes de gas molecular en la vecindad del agujero negro. Ahora, un equipo dirigido por Frédéric Marin de la Universidad de Estrasburgo ha utilizado la NASA Explorador de polarimetría de rayos X de imágenes (IXPE) El satélite no solo ha encontrado pruebas sólidas de que esto fue así, sino que también ha podido poner una fecha aproximada de cuándo sucedió.
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Las fuerzas de marea gravitacionales alrededor de un agujero negro tan masivo como Sagitario A* son lo suficientemente fuertes como para destrozar cualquier cosa que se acerque demasiado en un frenético acto de violencia. Este proceso libera una llamarada de rayos X cuando una nube de gas, una estrella o incluso un asteroide se rompe en pedazos, y los escombros forman un disco caliente de material que gira en espiral hacia las fauces del agujero negro.
La nave espacial IXPE de la NASA puede medir la polarización de la luz de rayos X de tales eventos. La polarización se refiere a las ondas de luz que oscilan en una dirección preferida, lo que puede revelar información sobre cómo se ha producido y reflejado la luz. IXPE encontró que los ecos de rayos X tienen un ángulo de polarización consistente con un origen en la dirección de Sagitario A*. Además, la fuerza de la polarización indica que los rayos X se emitieron hace poco más de 200 años en un evento que duró menos de año y medio.
“Nuestro trabajo presenta la evidencia faltante de que los rayos X de las nubes moleculares gigantes se deben al reflejo de una llamarada intensa pero de corta duración producida en o cerca de Sgr A*”, escribió el equipo de Marin en un papel describiendo sus hallazgos.
El brillo de los ecos de rayos X indica que este estallido aumentó la luminosidad de rayos X del agujero negro un millón de veces en comparación con su estado inactivo actual. La cantidad total de energía liberada se estima entre 1039 y 1044 ergios. Esto es comparable con una especie de galaxia activa llamada Seyfert, que tiene agujeros negros supermasivos que se alimentan de grandes cantidades de material pero durante un período de tiempo mucho más largo.
Se desconoce exactamente qué desafortunado objeto cayó demasiado cerca de Sagitario A* para ser destrozado. La existencia de estrellas que orbitan muy cerca al agujero negro, y nubes de gas que pasan peligrosamente cerca y están distorsionados por la gravedad del agujero negro, sugieren que hay un suministro listo de material que eventualmente caerá en el agujero negro.
Los hallazgos fueron publicados el 21 de junio en la revista Nature.