Por 24.208 pelotas en el cricket internacional (una vida en sí misma), este era Dravid. Por mucho que lo intentaran, los jugadores rara vez lograban ojear lo que estaba pasando por esa inicio suya. Gracias a Dios, Dravid, el preparador, es un poco más obvio de evaluar en las apariciones públicas. En sus dos primaveras al mando, Dravid se ha dirigido a los medios muchas veces, poco que no siempre disfruta, pero que nunca evitará hacer cuando le llegue el momento de dar la cara.
A veces se inclina alrededor de delante, impaciente por objetar a una pregunta, porque las primeras palabras ya le han dicho alrededor de dónde se dirige. En otras, echa la inicio alrededor de a espaldas porque es poco que ya ha abordado, de muchas maneras, muchas veces. La señal definitiva es cuando le hacen una pregunta sobre el equipo que considera injusta. Se sentará erguido, mirará al interrogador a los fanales, inclinará la inicio alrededor de a espaldas y se balanceará alrededor de delante y alrededor de a espaldas un par de veces, como un pavo existente mientras camina.
Bring it on, es la expresión que le viene a la inicio, y en su afán por defender al equipo, la velocidad de su respuesta se acelerará y si ha empezado en hindi pasará al inglés para que sus palabras vayan a la par de sus pensamientos y él es preciso.
¿Hemos conocido lo zaguero de Dravid como preparador de la selección india? Es difícil decirlo porque no revelará falta. Del mismo modo, la Agrupación de Control del Cricket en la India es capaz de virar en cualquier dirección.
Sin bloqueo, durante su etapa como preparador, Dravid se ha hato la confianza de sus jugadores. Para abrir, dirige un barco tan ajustado que había pocas posibilidades de que cualquier masala interno llegara a los medios. Luego, estableció sólidas líneas de comunicación, especialmente para los jugadores que fueron eliminados o incluso a los que se les dijo que siguieran delante. Dravid además entendió su emplazamiento en el esquema más amplio de las cosas, y este matiz le permitió dejar la primera y la última palabra a Rohit Sharma en todo momento. Por eso podía apreciar por ellos lo mismo que sintió, a través de la niebla de la desilusión, cuando se perdió la final. “Había mucha emoción en ese vestuario”, dijo Dravid.
“Fue difícil verlo como preparador porque sé lo duro que han trabajado estos muchachos, lo que han aportado, los sacrificios que han hecho. Llegas a conocer a estos chicos personalmente.
“Pero eso es deporte. Aprenderemos de ello. Reflexionaremos. Y seguiremos delante, como todos los demás. No te detienes. Porque si no te arriesgas no experimentas los grandes altibajos. Y si no lo haces, no aprendes”.
Cuando estos jugadores cansados hayan dormido aceptablemente y se hayan recuperado de su agotadora campaña, los más veteranos tendrán que pensar en el preparador. Luego de todo, hoy en día en el cricket indio, los mejores jugadores tienen un papel importante a la hora de arriesgarse quién quieren ser entrenados. Si cree que esta es una intrepidez tomada sólo por el BCCI, es hora de despertarse y fisgar el café. El Comité Asesor de Críquet tiene cabezas sabias a lado, pero no pondrán a nadie sobre un capitán, porque eso tendría un finalidad dominó que no es bueno para nadie a amplio plazo.
El período previo a la Copa del Mundo fue desigual. Fuera del equipo, nadie entendía lo que estaba pasando con el corte, el cambio y el movimiento de jugadores en diferentes posiciones. Los resultados fueron irregulares. Pero quedó claro que era hora de ceder la idea de que estas series bilaterales significaban poco en términos de resultados y que eran mejor utilizadas para hacer las cosas aceptablemente para la Copa del Mundo.
Cuando estaba en la Agrupación Doméstico de Críquet y trabajaba con equipos de crecimiento, Dravid quizás obtuvo mucho crédito que no merecía directamente. Cada buen componente que surgía se le atribuía sólo a él. Se consideró que cada proceso era suyo, sin que el crédito fuera para quienes trabajaron ayer que él o con él. Irónicamente, ahora podría suceder lo contrario, mientras India reflexiona sobre qué preparador debería llevarlos delante.