los líderes de OneTaste, una estructura de bienestar sexual y el llamado “culto al clímax” que gozó brevemente de popularidad a mediados de la plazo de 2010, ha sido perceptible de tráfico sexual, según documentos judiciales.
Nicole Daedone y Rachel Cherwitz, ex directora ejecutiva y jefa de ventas de la ahora desaparecida startup OneTaste, están siendo demandadas por un ex empleado en el Distrito Sur de Nueva York por supuestamente “[using] medios de fuerza, amenazas de fuerza, fraude y una variedad de otras formas de coerción” para afectar al empleado a “participar en actos sexuales comerciales como una forma de trabajo forzoso para los Demandados”.
La ex empleada, que en la demanda se nombra sólo como Jane Doe, alega que fue “obligada a participar en actos sexuales comerciales no deseados con sus compañeros de trabajo, como un ‘requisito’ para su empleo” y a tener relaciones sexuales con clientes potenciales. para incitarlos a que den moneda a la empresa. La demanda alega que Daedone y Cherwitz sometieron a los miembros y empleados de OneTaste a “injusticia, vigilancia, adoctrinamiento e intimidación económicos, sexuales, emocionales y psicológicos”.
Fundada en 2004 por Daedone, OneTaste se comercializó como una empresa de bienestar sexual que vendía los beneficios de la meditación orgásmica o “OM-ing”. El OM, tal como lo definieron Daedone y OneTaste, implicaba acariciar el clítoris y la vulva de una mujer de una forma específica durante quince minutos. Los cursos eran caros y algunos costaban más de unos 7.500 dólares; A los hombres además se les cobraba un suplemento. Según Daedone, la actos tenía como objetivo acorazar la vida sexual de las mujeres, permitiéndoles conectarse más fácilmente con sus parejas sexuales.
OneTaste recibió mucha prensa a principios de la plazo de 2010, incluido un TEDTalk vírico de Daedone y una investigación extensa de Gawker de 2013 realizada por Nitasha Tiku, indicación “Mi vida con el culto al clítoris emocionante”. La cobertura mediática de OneTaste la describió en gran medida como una estructura extraña, si no en gran medida inocua, en los márgenes de Silicon Valley, y finalmente se expandió a varias ciudades importantes de los Estados Unidos, generando supuestamente unos ingresos estimados en 12 millones de dólares en 2017.
Sin retención, en junio de 2018, Bloomberg publicó una exposición en profundidad de OneTaste, en la que 16 exempleados y miembros de OneTaste alegaron que el clase “se parecía a una especie de red de prostitución, una que explotaba a las víctimas de traumas y a otras personas en examen de curación”. “En las experiencias de algunos miembros, la empresa utilizó el coqueteo y el sexo para atraer objetivos emocionalmente vulnerables. Enseñó a los empleados a trabajar infundado o por poco moneda para mostrar devoción. Y los gerentes frecuentemente ordenaban al personal que tuvieran relaciones sexuales o OM entre ellos o con los clientes”, escribió la reportera Ellen Huet. (OneTaste negó las acusaciones en ese momento, calificándolas de “escandalosas”). La exposición además reveló que un empleado había demandado previamente a la empresa por sufrir asalto sexual y acoso en el trabajo; aunque negaron las acusaciones, resultó en un acuerdo extrajudicial en 2015.
Las revelaciones dieron punto a múltiples documentales sobre OneTaste, sobre todo el documental de Netflix de 2022. Orgasm Inc: La historia de OneTaste. Asimismo provocó una investigación del FBI, que culminó con la imputación formal de Daedone y Cherwitz de trabajos forzados en junio de 2023. Los fiscales alegaron que Daedone y Cherwitz apuntaron intencionalmente a personas vulnerables para reclutarlas y unirse a la estructura, instruyéndolas a participar en actividades sexuales y a habitar en comunidad con otros miembros. Los dos se han obvio inocentes y cada uno enfrenta un mayor de 20 abriles de prisión si son declarados culpables.
La última demanda amplía estas acusaciones, y Jane Doe alega que fue empleada por la estructura entre 2008 y 2014 como entendido audiovisual, viviendo y trabajando con otros empleados de OneTaste en la sede de la empresa en San Francisco. “Durante su tiempo en OneTaste, Jane Doe fue obligada a tener relaciones sexuales con compañeros de trabajo como una forma de resolver problemas en el punto de trabajo”, se lee en la demanda, y agrega que fue “sometida a injusticia verbal, amenazas de castigo por parte de la Comunidad OneTaste, insultos y castigos económicos si no participaba en las sesiones de “OM” o en la política de la empresa de tener relaciones sexuales con otros miembros para ‘calmar las tensiones laborales’”.
La demanda alega que la empresa además obligó al demandante a realizar actos sexuales con clientes potenciales como una forma de animarlos a ajar moneda en clases. “Cuando los miembros de OneTaste se negaron a participar en actividades sexuales, los demandados y sus empleados y agentes reprendieron, humillaron, avergonzaron y retuvieron el plazo a los miembros de OneTaste”, dice la demanda.
Daedone y Cherwitz no respondieron a una solicitud de comentarios.